https://www.linkedin.com/pulse/fe-p%C3%BAblica-y-atestaci%C3%B3n-profesional-en-tiempos-de-un-us-dr-%C3%A1lvaro-5jose/?trackingId=HKWthX1uSOG4lCL7KU1Urw%3D%3D
Con base en las declaraciones del jefe de la U.S. Securities and Exchange Commission - SEC, Paul S. Atkins —nombrado presidente de la entidad el 21 de abril de 2025 por el presidente Donald Trump, tras haberse desempeñado como comisionado entre 2002 y 2008 durante la administración de George W. Bush—, se plantea la posibilidad de prohibir el uso de las normas contables europeas en materia de sostenibilidad. Atkins cuestiona si las empresas extranjeras deberían tener vedado el uso de las Normas Internacionales de Información Financiera - IFRS. Frente a esta coyuntura, se desarrollará un análisis estructurado en cuatro niveles: (i) contexto histórico, (ii) lectura crítica del conflicto, (iii) impacto para América Latina y (iv) reflexiones prospectivas.
1.- Desde una perspectiva histórica, en 2007 la SEC adoptó una decisión trascendental al permitir a los emisores extranjeros aplicar las International Financial Reporting Standards – IFRS, sin necesidad de conciliación con los United States Generally Accepted Accounting Principles - US GAAP, un paso que consolidó la narrativa de convergencia contable global. En 2021, la Fundación IFRS dio un nuevo impulso a esta agenda al crear el International Sustainability Standards Board – ISSB durante la COP26 en Glasgow, respondiendo a la presión de inversionistas y actores internacionales por información financiera sobre sostenibilidad comparable y verificable.
Sin embargo, en 2025, la advertencia de Paul S. Atkins refleja un viraje radical en la política estadounidense, al cuestionar abiertamente la legitimidad de las normas europeas en este ámbito. Este movimiento no solo amenaza con desmantelar el puente construido durante casi dos décadas, sino que también revela cómo la contabilidad, lejos de ser una disciplina técnica neutral, se erige como un campo de disputa geopolítica y económica.
La supuesta convergencia internacional nunca fue imparcial, siempre estuvo atravesada por intereses estratégicos de integración de capitales y por la pugna de hegemonías regulatorias entre bloques de poder. Por lo tanto, esta situación cuestiona la convergencia contable internacional alcanzada desde 2007 y abre un escenario de tensión entre la contabilidad financiera tradicional y la sostenibilidad.
En un primer escenario, con las IFRS y el ISSB integrados —sin el veto de la SEC— la sostenibilidad se consolidaría como parte del marco contable global. En un segundo escenario, con las IFRS y el ISSB separados en marcos paralelos, lo financiero y lo climático se reportarían por vías distintas, fragmentando la información y finalmente, bajo un escenario de veto de la SEC, se impondría el uso obligatorio de los US GAAP para las empresas extranjeras que operen en Estados Unidos, reforzando una hegemonía normativa que rompería con la lógica de convergencia y reconfiguraría el mapa regulatorio internacional.
2.- Haciendo una lectura crítica del conflicto, lo explícito en la postura de la SEC es el temor a que las IFRS pierdan su carácter de estándar financiero “puro” al integrar métricas climáticas; lo implícito, en cambio, es la intención de Estados Unidos - EE. UU. de preservar el predominio de los US GAAP y limitar la creciente influencia europea-global en la fijación de estándares internacionales. En este trasfondo, la sostenibilidad deja de ser un asunto meramente técnico para convertirse en un campo atravesado por debates sobre riesgos sistémicos, legitimidad social y presión de inversionistas bajo criterios ESG. La afirmación de Atkins —“la contabilidad no es el lugar para agendas sociales”— ejemplifica una visión reduccionista que aísla artificialmente el valor económico de los factores ambientales y sociales, a pesar de que estos tienen impactos financieros tangibles y crecientemente reconocidos.
A ello se derivaría un impacto directo en países como Colombia y Perú, donde las empresas emisoras enfrentarían mayores costos de cumplimiento y un riesgo creciente de pérdida de atractivo frente a Wall Street. En consecuencia, los reguladores nacionales se verían obligados a conciliar entre distintos marcos normativos —IFRS, ISSB y eventualmente US GAAP—, generando tensiones en la armonización contable. Al mismo tiempo, las franquicias de las firmas de auditoría, tanto nacionales como internacionales, y en el caso colombiano la Revisoría Fiscal, experimentarían una presión adicional para formar talento especializado con dominio simultáneo en IFRS, US GAAP y sostenibilidad.
Este escenario plantea, por un lado, la oportunidad de expandir la auditoría financiera hacia la gestión de riesgos ESG; y, por otro, el desafío para los inversionistas de asumir el riesgo de fragmentación regulatoria. No obstante, también se abre la posibilidad de un reacomodo del capital hacia Europa y Asia, donde la combinación IFRS+ISSB podría consolidarse como un marco con mayor legitimidad y atractivo. Esta dinámica se ilustra en el cuadro siguiente:
Escenario Riesgos Oportunidades
IFRS más ISSB integrados Costos iniciales; brecha de talento Acceso a capital ESG; liderazgo regional
IFRS e ISSB separados Reportes duplicados; riesgo de inconsistencias Flexibilidad regulatoria; gradualidad en adopción
Veto SEC Costos altos; barrera de acceso a Wall Street Diversificación hacia Europa/Asia; fortalecimiento de auditoría financiera
Fuente: elaboración del autor
3. El impacto para América Latina sería significativo, en la medida en que las empresas emisoras que cotizan en Wall Street enfrentarían una doble carga normativa las IFRS y los US GAAP, lo que implicaría altos costos de compliance. En este contexto, los reguladores —como la Superintendencia del Mercado de Valores - SMV en Perú y sus homólogos en Colombia, Chile, México, entre otros— se verían obligados a redefinir sus políticas de adopción, adaptación o convergencia de las IFRS. Ello exigiría, además, una transformación en la formación de contadores y auditores, quienes deberían dominar simultáneamente IFRS, US GAAP y métricas Environmental, Social, and Governance - ESG, lo que profundizaría la brecha formativa existente en la región.
En el ámbito del mercado de capitales, este escenario equivaldría a un veto implícito que podría disminuir el atractivo de listar American Depositary Receipts - ADRs, certificados emitidos por bancos estadounidenses que representan la propiedad de un número específico de acciones de empresas no estadounidenses en EE. UU., desviando potencialmente los flujos de inversión hacia mercados europeos o asiáticos, más abiertos a la integración de la sostenibilidad en sus estándares contables.
4. En cuanto a las reflexiones y prospectivas, el debate entre fragmentación y convergencia contable abre la posibilidad de un escenario tripolar, en el que coexistan tres marcos de referencia: los US GAAP, las IFRS de carácter financiero y los estándares del ISSB en sostenibilidad. Esta dinámica puede entenderse como una forma de geopolítica contable, donde la disputa es menos técnica que política, y la cuestión de fondo radica en determinar quién define el valor, el riesgo y la transparencia en la economía global.
Para América Latina, ello plantea el desafío estratégico de decidir entre alinearse con el pragmatismo estadounidense o apostar por la sostenibilidad integrada en el marco IFRS/ISSB. En este contexto, la auditoría financiera adquiere una relevancia particular, al poder desempeñar un papel crucial en la detección de greenwashing, fraudes en reportes climáticos y contradicciones entre la información financiera y la no financiera, contribuyendo así a salvaguardar la legitimidad de los mercados y la confianza de los inversionistas.
En ello y con base a lo establecido en el análisis anterior se contempla el escenario posible en un futuro próximo de las IFRS en los EE.UU, en el siguiente cuadro.
Escenarios posibles sobre el futuro de IFRS en EE. UU.
Escenario Descripción Impacto en empresas emisoras Impacto en reguladores (LatAm) Impacto en firmas de auditoría Impacto en inversionistas
1. IFRS mantiene integración con ISSB (sin veto de la SEC) IFRS continúa incluyendo normas de sostenibilidad dentro del marco contable. La SEC finalmente acepta la convergencia ampliada. Reportes integrados con métricas financieras y de sostenibilidad; mayor transparencia, pero también costos de implementación inicial. Refuerzan la obligatoriedad de IFRS+ISSB como marco; aceleran la adopción de normas climáticas. Necesidad de capacitar equipos en sostenibilidad contable y riesgos climáticos; oportunidad de servicios de aseguramiento ESG. Acceden a información más completa para decisiones de largo plazo; fortalecimiento de fondos ESG.
2. IFRS se separa: Finanzas (IASB) y sostenibilidad (ISSB) como marcos paralelos La IFRS Foundation opta por diferenciar claramente lo financiero y lo climático. Empresas deben elaborar dos reportes distintos: financiero (IFRS) y sostenibilidad (ISSB). Reguladores pueden exigir ambos reportes, pero manteniendo independencia; se reduce fricción con EE. UU. Doble carga de auditoría (financiera y de sostenibilidad), riesgo de inconsistencias entre reportes. Mayor claridad temática, pero riesgo de “greenwashing” al no estar integrado en la contabilidad principal.
3. SEC veta el uso de IFRS en EE. UU. Empresas extranjeras deben usar US GAAP si quieren cotizar en EE. UU. Costos elevados por doble normativa (IFRS en su país + US GAAP en EE. UU.); menor atractivo de Wall Street para emisores latinos. Supervisores deben diseñar mecanismos de conciliación; algunos países podrían mantener IFRS pero exigir reportes paralelos en USGAAP para emisores internacionales. Brecha de talento: necesidad de expertos en USGAAP e IFRS; presión por automatizar procesos de conversión.
Fuente: elaboración del autor
Los escenarios que se evidencian en el cuadro anterior muestran, en primer lugar, una ruta que refuerza la convergencia y la sostenibilidad como parte integral de la contabilidad. En un segundo escenario, se plantea un equilibrio, aunque con riesgo de duplicidad y fragmentación. Finalmente, un tercer escenario representaría un retroceso histórico en los procesos de convergencia, con altos costos y efectos de carácter geopolítico.
De esta manera, el artículo pone de relieve que la contabilidad ha dejado de ser únicamente un lenguaje técnico de los negocios para convertirse en un campo de disputa global entre visiones de corto y largo plazo; entre sostenibilidad, sustentabilidad y rentabilidad inmediata; entre el poder regulatorio estadounidense y las aspiraciones internacionales de convergencia. Más allá de vetos y resistencias, el debate demuestra que la sostenibilidad llegó para quedarse: si no ingresa por la vía de las IFRS, lo hará a través de un marco paralelo con creciente legitimidad en los mercados de capital del mundo.
En este contexto, proponemos una reflexión estratégica para Latinoamérica, donde los países deberán redefinir sus políticas de adopción, adaptación o convergencia con las IFRS:
El primer escenario contempla la integración de las IFRS con las normas ISSB, sin el correspondiente veto de la SEC. En este contexto, países como Colombia y Perú —que ya adoptaron las IFRS como marco obligatorio— tendrían la oportunidad de posicionarse como líderes regionales en la incorporación de la sostenibilidad dentro de la información financiera. Sin embargo, este escenario exige una formación técnica intensiva en sostenibilidad y sustentabilidad. La acción estratégica consistiría en incorporar tempranamente las normas ISSB en las regulaciones locales y en promover la capacitación de contadores y auditores en finanzas climáticas y en riesgos ESG. De esta manera, se aprovecharía una ventaja competitiva clave para atraer inversión extranjera, en particular fondos europeos con estrictas exigencias en materia ESG.
El segundo escenario plantea la separación de las IFRS y las ISSB, manteniéndose como marcos paralelos en lo financiero y en lo relacionado con la sostenibilidad. Bajo este modelo, las empresas enfrentarían el riesgo de tener que elaborar reportes dobles, lo que incrementaría sus costos y complejidad. La acción estratégica radicaría en el diseño de guías regulatorias claras que armonicen la presentación de la información, a fin de evitar contradicciones entre los reportes financieros y los climáticos. En este sentido, se requeriría fomentar auditorías financieras, forenses y de sostenibilidad entre otras que permitan detectar casos de greenwashing y asegurar la consistencia entre ambos reportes. Para ello, sería clave impulsar el uso de tecnologías como la inteligencia artificial, el big data y la blockchain, entre otras, con el propósito de automatizar las conciliaciones entre marcos normativos. Aunque este escenario genera complejidad, ofrece una transición gradual siempre que exista coordinación regulatoria.
El tercer y último escenario corresponde al veto de la SEC, es decir, a la imposición de los US GAAP en emisores extranjeros. El impacto sería crítico, debido a que países como Colombia y Perú —con emisores en Wall Street en sectores como minería, energía e infraestructura— enfrentarían costos elevados y barreras de acceso. La acción estratégica en este contexto consistiría en negociar acuerdos de reconocimiento mutuo que reduzcan la duplicidad de informes y reportes, al tiempo que se diversifican los mercados de capitales y se fortalecen los vínculos internacionales.
Aunque este escenario resultaría el más costoso, también podría abrir la puerta a alianzas con Europa y Asia, así como al fortalecimiento de la auditoría como garante de confianza, en marcos menos restrictivos bajo IFRS más ISSB. Para afrontarlo, sería necesario invertir en la formación de talento con competencias bilingües normativas IFRS–US GAAP, impulsada tanto desde las universidades como desde los colegios de contadores y otras instituciones profesionales, en consonancia con las políticas de los países latinoamericanos. Asimismo, se debería promover la auditoría financiera integral como mecanismo de confianza para los inversionistas, garantizando transparencia en un escenario caracterizado por la fragmentación.
En consecuencia, países como Colombia y Perú deben apostar por la convergencia ampliada del primer escenario, debido a que este permite alinear la sostenibilidad y la sustentabilidad con la transparencia financiera, al tiempo que facilita la atracción de capital con criterios ESG. Sin embargo, de manera paralela, deben prepararse para enfrentar el peor escenario, representado por el veto de la SEC, mediante el fortalecimiento del talento, la automatización de procesos y la diversificación de los mercados de capital.
En todo caso, independientemente del escenario que se materialice, la auditoría se consolida como una aliada estratégica para garantizar la veracidad de los reportes e informes, así como para prevenir fraudes en sostenibilidad y en la sustentabilidad, aspecto que se ilustra en el cuadro siguiente:
Escenario Nivel Riesgos principales Oportunidades Acciones recomendadas
1. IFRS más ISSB integrados (sin veto SEC) Empresas Costos iniciales de adaptación a nuevas métricas climáticas; falta de personal capacitado. Acceso a capital ESG global; ventaja competitiva en mercados europeos y multilaterales. Implementar sistemas de medición ambiental, social y climática; capacitar equipos financieros en ISSB.
Reguladores (Colombia: MICT, MHCP, Contaduria General; Perú: SMV) Dificultad en la armonización rápida de nuevas normas ISSB. Posicionamiento como líderes regionales en normatividad ESG. Incluir ISSB en normatividad nacional; emitir guías de reporte climático.
Auditoría Riesgo de greenwashing y manipulación de datos de sostenibilidad y sustentabilidad. Expansión del campo forense hacia fraude climático y ESG. Diseñar metodologías para auditar métricas ambientales y de gobernanza.
2. IFRS e ISSB separados (marcos paralelos) Empresas Doble carga de reportes (financieros y sostenibles); posibles contradicciones. Mayor claridad temática al separar lo financiero de lo ambiental. Usar tecnología (IA, blockchain) para integrar y conciliar reportes.
Reguladores Fragmentación regulatoria; confusión en fiscalización. Flexibilidad para exigir estándares de manera gradual. Emitir marcos de conciliación entre reportes financieros y de sostenibilidad y sustentabilidad.
Auditoría Mayor probabilidad de fraudes por inconsistencias entre reportes. Ampliación del rol en validación cruzada de información. Crear protocolos de verificación entre reportes financieros y sostenibles.
3. Veto SEC (imposición de US GAAP en emisores extranjeros) Empresas Costos muy altos de doble normativa (IFRS más US GAAP); posible retiro de mercados de capital en USA. Diversificación hacia Europa y Asia; posibilidad de mayor independencia financiera. Formar equipos contables en USGAAP-IFRS; evaluar cambio de mercado para listados y ADRs.
Reguladores Debilidad en competitividad de emisores locales; presión de inversionistas para reconocer USGAAP. Rediseño de marcos normativos que fortalezcan integración regional (Alianza del Pacífico, Mercosur). Negociar acuerdos de reconocimiento mutuo con EE.AA; fortalecer adopción IFRS-ISSB para otros mercados.
Auditoría Brecha de talento técnico en normas USGAAP; aumento de riesgos de fraude por reportes duplicados. Oportunidad de posicionar la auditoría como garante de transparencia en entornos fragmentados. Capacitar a los auditores en IFRS, USGAAP y sostenibilidad; diseñar metodologías de verificación multimarco.
Fuente: elaborado por el autor
Actualmente, la profesión contable enfrenta un escenario de tensión regulatoria derivado de la coexistencia y potencial confrontación entre los US GAAP, las IFRS y los estándares de sostenibilidad del ISSB. Esta fragmentación reabre el debate sobre la esencia de la contaduría como profesión de fe pública y sobre el alcance de la atestación como núcleo técnico de la auditoría. Desde esta perspectiva, tanto la técnica contable como la esencia de la profesión se sostienen en la atestación y la fe pública, pilares que otorgan legitimidad a los informes financieros y de sostenibilidad.
En primer lugar, la atestación constituye el núcleo técnico de la profesión contable, entendida como el acto mediante el cual el auditor o contador público emite una opinión independiente sobre la razonabilidad de las cifras de un conjunto de estados financieros o reportes corporativos (Mautz & Sharaf, 1961). Su finalidad es otorgar credibilidad a la información bajo un marco normativo previamente establecido. En este sentido, implica que el profesional contable emite un juicio técnico y autónomo sobre la razonabilidad de las cifras presentadas en los estados financieros o en los reportes de sostenibilidad, de conformidad con las normas aplicables. No obstante, la fragmentación derivada de la coexistencia entre IFRS, US GAAP e ISSB introduce una multiplicidad de marcos conceptuales que, si bien no altera la esencia de la atestación, sí condiciona y complejiza su alcance.
El auditor debe precisar con claridad qué marco normativo utiliza, cuáles son sus limitaciones y qué conciliaciones resultan necesarias. De lo contrario, el riesgo técnico es que, sin criterios armonizados, la opinión pierda fuerza comparativa entre jurisdicciones. La fragmentación actual no altera la esencia de la atestación, pero sí incrementa su complejidad técnica. Un mismo hecho económico puede ser representado de manera distinta bajo IFRS o US GAAP, sin que ello constituya necesariamente un fraude, aunque sí dificulta la comparabilidad (Flint, 1988). En consecuencia, una misma empresa podría recibir opiniones 'limpias' tanto bajo IFRS como bajo US GAAP, pero con cifras diferentes, lo cual erosiona la credibilidad global de la información financiera.
En segundo lugar, se encuentra la fe pública como esencia de la profesión contable, entendida como la confianza que la sociedad delega en el contador, auditor o revisor fiscal para certificar y dictaminar que la información es veraz, íntegra y útil para la toma de decisiones. El problema actual surge cuando la SEC desconfía de las IFRS o relativiza la relevancia de las ISSB, pues en ese contexto la fe pública del contador queda expuesta a percepciones de orden político o regulatorio, más que a criterios técnicos profesionales, generando un riesgo reputacional, si los usuarios perciben que 'los números cambian' según el estándar aplicado, la fe pública puede verse comprometida, debilitando la legitimidad del contador como garante de transparencia (Knechel, 2016).
La fe pública se entiende como la confianza social delegada en el contador para certificar que la información contable es veraz, íntegra y útil (Power, 1997). Sin embargo, cuando reguladores como la SEC cuestionan la validez de las IFRS o la inclusión de métricas de sostenibilidad, la fe pública de la profesión queda expuesta a tensiones geopolíticas y regulatorias que trascienden lo técnico.
En tercer lugar, debe resaltarse la dimensión ética y técnica de la atestación, debido a que el contador está obligado a no subordinar su juicio profesional a las presiones derivadas de un marco normativo u otro. La esencia de la profesión no radica en si se aplica IFRS o US GAAP, sino en la responsabilidad fiduciaria de certificar hechos económicos con integridad.
En este contexto de coexistencia de marcos, el profesional debe revelar con claridad el fundamento normativo utilizado y explicar el impacto de las diferencias en su interpretación, evitando omitir información material que pueda inducir a error. Por lo tanto, la atestación exige independencia tanto mental como sustantiva. La ética profesional obliga al contador a no subordinar su juicio a presiones normativas o políticas (IFAC, 2020), siendo su deber fundamental garantizar transparencia y claridad en la información presentada.
Por último, no debe olvidarse la técnica contable como puente. Pese a las diferencias entre marcos, existe un principio compartido: la representación fiel (faithful representation). Este constituye la base que permite a la profesión sostener su rol social de dar fe pública (IASB, 2018; FASB, 2010). Aplicada con rigor, la técnica contable funciona como un viaducto entre estándares, preservando la esencia de la contabilidad como lenguaje de los negocios (Littleton, 1933).
Lo que varía son las reglas de medición, pero la responsabilidad de la atestación permanece idéntica: garantizar que lo presentado refleja fielmente lo que realmente ocurrió. En este sentido, la técnica contable, aplicada con independencia, actúa como puente entre los diferentes marcos y salvaguarda la fe pública.
De lo anterior se deriva una conclusión clave que es sobre la fragmentación normativa entre US GAAP, IFRS e ISSB no altera la esencia de la profesión, pues el contador sigue siendo testigo independiente y fedatario social de la realidad económica. No obstante, sí plantea un reto mayor: la fe pública debe sostenerse mediante una mayor transparencia en las revelaciones, una ética profesional sólida y la capacidad de explicar con rigor las diferencias entre marcos, para que los usuarios no pierdan confianza. En tiempos de incertidumbre, la atestación y la fe pública no son solo procedimientos técnicos, sino actos de responsabilidad pública que reafirman el valor social de la profesión.
Reflexiones y Prospectivas
La fragmentación normativa entre IFRS, US GAAP e ISSB no debe entenderse únicamente como un desafío técnico, sino como una expresión de las tensiones geopolíticas sobre quién define el valor, el riesgo y la transparencia en la economía global. En este escenario, la fe pública se reafirma como el núcleo de la profesión contable, puesto que la confianza social en la información depende de la capacidad del auditor y del contador de sostener la representación fiel más allá de marcos divergentes (Power, 1997; Flint, 1988). Que se debe hacer para que esta situaciones a llegar a presentase esta situación a que la EC en EE. UU. No se puedan aplicar las IFRS con la creación del ISSB, habrían distintos caminos que estableceremos aquí:
1.- Empresas: deben comenzar a implementar sistemas integrados de reporte financiero y climático, acompañados de inversiones en formación y capacitación en finanzas sostenibles y de sustentabilidad, así como en normas US GAAP e IFRS. Para los reguladores —como la SMV en Perú, el MHCP, MICT y la Contaduría General en Colombia, entre otros— el reto está en emitir lineamientos claros sobre la adopción de las ISSB y en negociar acuerdos de reconocimiento mutuo en caso de veto.
Es clave establecer convenios con universidades, gremios y organismos profesionales para promover programas de formación técnica a nivel regional, orientados a desarrollar profesionales “bilingües normativos” en IFRS–US GAAP–ISSB. Esto debe incluir a auditores, revisores fiscales y las franquicias de las firmas de auditoría nacionales e internacionales, con el fin de diseñar metodologías de verificación en sostenibilidad capaces de detectar greenwashing. Asimismo, se debe fomentar el uso de tecnologías como la inteligencia artificial y la blockchain para la conciliación de reportes de todo tipo, dado que el futuro de las IFRS en EE. UU. se configura hoy como un tema geopolítico más que técnico.
Tanto en Latinoamérica como en Colombia como Perú deben prepararse para enfrentar los tres escenarios, con énfasis en integrar la sostenibilidad a la contabilidad como ventaja competitiva; diversificar los mercados de capitales para no depender exclusivamente de Wall Street; y fortalecer las auditorías y a las revisorías fiscales como garantes de transparencia en la información financiera y no financiera.
Otro aspecto clave consiste en elaborar un mapa de impactos —qué normas aplican según la jurisdicción y el tipo de informe— y un plan de implementación de sistemas contables integrados, donde se prioricen las inversiones en tecnología para automatizar conciliaciones y reportes (data lineage, trazabilidad). Este proceso debe complementarse con la creación de equipos especializados (hub normativo) encargados de centralizar conversiones y asegurar la calidad de la información.
2.- Las franquicias de las firmas de auditoría y aseguramiento: deberán responder a una creciente demanda de servicios multimarco, que incluyan auditorías bajo IFRS, atestaciones ISSB y procesos de conversión y conciliación hacia US GAAP.
Dado el papel cada vez más relevante de la auditoría financiera en la verificación de la consistencia entre reportes financieros y de sostenibilidad —tanto en la detección de greenwashing como en la identificación de errores de reconciliación—, resulta fundamental aprovechar herramientas tecnológicas, incluidas las plataformas desarrolladas por las propias firmas globales, como dart.deloitte.com.
En este contexto, se hace necesario diseñar ofertas de servicios “triple marco”, que integren auditoría financiera (IFRS y las US GAAP) y assurance de sostenibilidad (ISSB), acompañadas del desarrollo de protocolos financieros que verifiquen la coherencia entre los distintos reportes. Asimismo, se recomienda establecer alianzas con proveedores tecnológicos que faciliten soluciones automatizadas de conciliación y aseguramiento.
3.- Los inversionistas institucionales: ante la fragmentación en la comparabilidad de las empresas, enfrentarán un aumento en los costos de due diligence. En este escenario, algunos fondos podrían inclinarse por invertir en mercados que adopten marcos integrados de sostenibilidad, mientras que otros priorizarán la consistencia con los US GAAP. Los inversionistas, por su parte, enfrentan mayores costos de due diligence en contextos fragmentados, lo que podría incentivar un desplazamiento de capital hacia jurisdicciones con estándares consistentes (Knechel, 2016).
4.- Los Gobiernos y reguladores: podrían impulsar la creación de guías temporales de conciliación entre IFRS y US GAAP para emisores que operan en ambos sistemas, así como negociar acuerdos de reconocimiento mutuo con contrapartes internacionales, con el fin de mitigar la duplicidad de esfuerzos. Además, sería clave financiar programas nacionales y/o regionales de capacitación técnica en IFRS–GAAP–ISSB.
A mediano y largo plazo, los mercados alternativos y especializados —como bolsas y centros financieros— que adopten de manera explícita IFRS junto con ISSB podrían atraer emisores con perfil ESG. Esto generaría, a su vez, una mayor demanda de servicios profesionales en conversión normativa, assurance ESG y auditorías como la revisoría fiscal, acompañada por un fuerte desarrollo en innovación tecnológica. Entre estas innovaciones destacan los proveedores de software de reporting y reconciliación, con herramientas basadas en IA explicable y blockchain para la trazabilidad, cuyo crecimiento se prevé
La clave prospectiva es que la confianza en la información —la fe pública— no se resuelve solo con normas, sino con transparencia, ética y capacidad explicativa. La fragmentación puede generar tensiones, pero también una oportunidad para que América Latina se posicione como región pionera en la integración de sostenibilidad, sustentabilidad y finanzas, garantizando credibilidad y competitividad en los mercados globales.
En el plano regulatorio, organismos como la SEC han mostrado reservas frente a la adopción plena de IFRS o frente a la inclusión de métricas climáticas, lo que evidencia que la legitimidad de la profesión contable puede quedar supeditada a factores políticos más que técnicos (IFAC, 2020). Ante ello, la respuesta de los gobiernos y reguladores debe incluir guías de conciliación, acuerdos de reconocimiento mutuo y programas de formación regional en IFRS, GAAP e ISSB.
La prospectiva muestra que la técnica contable seguirá siendo el puente entre marcos divergentes. El principio de representación fiel —compartido tanto por el IASB como por el FASB— constituye la base para sostener la credibilidad en la información y para mantener la contabilidad como lenguaje común de los negocios (IASB, 2018; FASB, 2010; Littleton, 1933). En última instancia, lo que está en juego no es solo la transparencia financiera o climática, sino la capacidad de la profesión para reafirmarse como garante de fe pública y de confianza social en tiempos de fragmentación normativa.
Referencias
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Deloitte / comparativos de marcos de reporte (IFRS, ISSB, SEC rules). https://dart.deloitte.com/USDART/home/publications/deloitte/esg-spotlight/2025/sustainability-related-reporting-requirements-and-standards?utm_source=chatgpt.com
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Financial Accounting Standards Board (FASB). (2010). Statement of Financial Accounting Concepts No. 8: Conceptual Framework for Financial Reporting. Norwalk, CT: FASB.
Financial Times — cobertura sobre la advertencia de la SEC. https://www.ft.com/content/e4fb94ca-0bcd-4076-8f66-ff473199e7c0?utm_source=chatgpt.com
Flint, D. (1988). Philosophy and principles of auditing: An introduction. London: Macmillan.
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IFRS Foundation — uso de IFRS por jurisdicción (estatuto de uso en EE. UU.). https://www.ifrs.org/use-around-the-world/use-of-ifrs-standards-by-jurisdiction/view-jurisdiction/united-states/?utm_source=chatgpt.com
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Knechel, W. R. (2016). Audit Research: Opportunities and Challenges. Abacus, 52(1), 27–71.
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Littleton, A. C. (1933). Accounting Evolution to 1900. New York: American Institute Publishing.
Mautz, R. K., & Sharaf, H. A. (1961). The Philosophy of Auditing. Sarasota: American Accounting Association.
Paul S. Atkins — Keynote Address, OECD Roundtable (SEC). https://www.sec.gov/newsroom/speeches-statements/atkins-keynote-address-inaugural-oecd-roundtable-global-financial-markets-091025?utm_source=chatgpt.com
Power, M. (1997). The Audit Society: Rituals of Verification. Oxford: Oxford University Press.
PwC / KPMG — guías y notas técnicas sobre diferencias IFRS vs US GAAP y requisitos de conversión. https://viewpoint.pwc.com/dt/us/en/pwc/accounting_guides/ifrs_and_us_gaap_sim/ifrs_and_us_gaap_sim_US/About-this-guide.html